
Una imagen desde el espacio nos muestra que la Tierra es el “planeta del agua”. Más del 70% de la superficie terrestre está ocupada por la hidrosfera, de cuya existencia han dependido y dependen la vida y la morfología de nuestro planeta.
La cantidad de agua de la que disponemos es prácticamente fija: unos 14.000 millones de km3. Toda ella está sometida a un proceso de constante reciclado, el ciclo del agua, movido por la energía del Sol y considerado como un gran sistema de depuración natural de la misma.

La contaminación del agua es, según el Artículo 85 de la Ley General de Aguas, “la acción y el efecto de introducir materias o formas de energía o inducir condiciones en el agua que, de modo directo o indirecto, impliquen una alteración perjudicial de su calidad en relación con los usos posteriores o con su función ecológica”.
TIPOS DE CONTAMINACIÓN:
PUNTUAL.
Es producida por un foco emisor determinado afectando a una zona concreta, lo que permite una mejor difusión del vertido. Su detección y su control son relativamente sencillos. Un ejemplo de contaminación puntual sería el vertido de aguas residuales industriales o domésticas.
DIFUSA.
Su origen no está claramente definido, aparece en zonas amplias en las que coexisten múltiples focos de emisión, lo que dificulta el estudio de los contaminantes y su control individual. Pueden producirse posibles interacciones que agraven el problema. Principalmente correspondería a la contaminación natural.
TE INVITAMOS A VISITAR LA SIGUIENTE ENTRADA DONDE TE DAREMOS TIPS ACERCA DEL CUIDADO DEL AGUA.
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